(EFE).- 'La cuenta del Mundial es nuestra', es un juego creado por la compañía Quequeré Jogos en donde critican la corrupción.
Se reparten dos cartas por jugador y ronda, con suerte el jugador tendrá algún personaje de alto rango como el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva o el empresario Eike Batista, que llevan consigo dinero, material de construcción y licitaciones para jugar así en "La cuenta del Mundial es nuestra".
En la mesa, estadios de las sedes del torneo de Brasil 2014, aeropuertos y resto de grandes infraestructuras, así como patrocinadores globales como Castrol o Coca Cola o los gobernadores de estados como Sao Paulo o Río Grande do Sul, con los que los jugadores interactúan para conseguir un trato de favor.
"No pretendemos criticar el Mundial, no estamos contra el torneo ni contra el fútbol, sino contra todo lo que se ha robado durante la construcción de estadios o carreteras", declaró Guilherme Cianfarani, de Quequeré Jogos y uno de los creadores de este juego de mesa.
Cianfarani recordó que las sedes del Mundial, que arranca el 12 de junio en Sao Paulo y finaliza el 13 de julio en Río de Janeiro, eran ocho en un primer momento, pero que pasaron a doce "precisamente para repartir esos beneficios ilícitos".
Fueron dos años de investigación para encontrar a los personajes y clasificarlos por números en relación a su poder, como también algunos exjugadores de fútbol que están presentes, como Pelé o Ronaldo, quienes juegan con su fama de "hombre anuncio" para acumular puntos.
Asimismo, Cianfarani tardó cuatro meses en idear las normas del juego así como los procedimientos del mismo, que en caso de recaudar los fondos necesarios, sacará mil unidades al mercado a 100 reales (unos 50 dólares).
"Es una crítica estructural, no contra el Gobierno, escoge el país donde puede tener más lucro y las cuentas quedan para la población", dijo.
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